Si has desconectado este fin de semana, esto podría ser una noticia impactante. Han sucedido numerosos acontecimientos en Silicon Valley. Al estilo clásico de Apple con Steve Jobs, OpenAI, la compañía matriz de ChatGPT, anunció este viernes que Sam Altman, cofundador de la firma que ha alterado con más fuerza el ámbito de la Inteligencia Artificial generativa, dejaba su rol como CEO (Chief Executive Officer) en la organización.
Aunque en ese instante se informó que el dirigente sería reemplazado temporalmente por Mira Murati, quien previamente fungía como CTO (Chief Technology Officer), la situación tomó un giro inesperado al revelarse, el lunes 20 de noviembre, que OpenAI ha contratado al cofundador y exdirector de Twitch Emmett Shear como nuevo CEO.
El anuncio sobre la salida de Altman se hizo público el viernes 17 a través de un fuerte comunicado en el blog oficial de la empresa, donde notificaron que Altman dejaría la junta directiva tras una reflexión en la que los accionistas concluyeron que ya no existe confianza en la capacidad del empresario para continuar dirigiendo OpenAI.
Sin embargo, como mencionamos, el fin de semana ha sido agitado. Además de Altman, el revés en la mesa de la junta directiva también impactó a Greg Brockman, quien era presidente del board, pero que la mayoría de los integrantes le sugería permanecer en el proyecto aunque fuera de la junta directiva. Greg Brockman comunicó horas después que dejaba OpenAI.
Desde entonces, en resumen, los accionistas, incluyendo a Microsoft, han estado presionando con bastante intensidad para que se revisara esta situación. Se ha especulado bastante sobre los motivos del despido. Se ha insinuado que Sam Altman podría estar planeando iniciar su propio proyecto de Inteligencia Artificial. Han ocurrido varias renuncias más de altos ejecutivos de OpenAI. La situación ha llegado a tal extremo que, al cierre de la edición de este artículo el día 19, cuando ya era hora de descansar, Sam Altman estaba en las oficinas de OpenAI negociando (sin éxito) su reincorporación, que implicaría que los que renuncien sean aquellos de la junta directiva que decidieron despedirlo inicialmente. ¿Qué piensas al respecto? Prepárate con palomitas, que vamos a analizarlo un poco más.
Las razones oficiales del despido de Sam Altman
Fue mediante un cuidadoso proceso de deliberación que la junta directiva alcanzó esta resolución, la cual se anuncia tras señalar a Altman como alguien que «no fue honesto en sus comunicados hacia la junta, obstruyendo su capacidad para cumplir con sus responsabilidades». En esencia, lo acusan de faltar a la verdad o, al menos, de ocultar información a la junta, sin entrar, al menos por el momento, en detalles sobre qué tipo de información podría haber estado distorsionando u escondiendo.
Esta noticia llega como una total sorpresa al sector, ya que tan solo la semana pasada Altman estuvo al mando de DevDay, el primer evento de la compañía dirigido exclusivamente a desarrolladores.
«OpenAI fue construida intencionadamente para avanzar en nuestra misión: garantizar que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad. La junta sigue totalmente comprometida a servir esta misión. Agradecemos las numerosas contribuciones de Altman a la fundación y crecimiento de OpenAI. Al mismo tiempo, consideramos que un nuevo liderazgo es necesario para avanzar. Como líder de las funciones de
En referencia a la investigación, producto y protección de la organización, Mira se encuentra sumamente calificada para asumir el cargo interino de CEO. Confiamos plenamente en su capacidad para guiar a OpenAI durante este tiempo de transición«, remarcó la junta directiva en su comunicado.
La respuesta de Sam Altman
El cofundador y hasta este viernes principal ejecutivo de OpenAI ha respondido de manera moderada y con elegancia en su cuenta de X/Twitter. «Disfruté mi tiempo en OpenAI. Fue un cambio significativo para mí a nivel personal y, con suerte, también un poco para el mundo. Especialmente, disfruté colaborar con personas tan talentosas. Tendrá más que informar acerca de lo que vendrá después», destacó. Sin alusiones a las críticas de la junta de OpenAI hacia su gestión como CEO.
Los posibles motivos verdaderos tras la destitución
Es importante recordar que OpenAI fue fundada en el año 2015 por Altman y, en su momento, estuvo bajo la dirección tanto de Altman como de Elon Musk, quien se retiró de la empresa de IA en 2018 debido a un conflicto de intereses con Tesla. Surgió como un proyecto sin fines de lucro, lo que establece una forma especial de gestión que explica en parte lo que ha sucedido. La junta directiva está integrada por 6 personas que no tienen acciones de la misma. Es decir, si excluimos a Sam Altman y a Greg Brockman, los otros cuatro han respaldado su destitución.
Se especula sobre una lucha por el poder dentro de la empresa o, más profundamente, una disputa sobre la adecuada dirección de OpenAI. Según esta última interpretación, el propósito de la destitución podría ser regresar al espíritu «sin fines de lucro» de la organización, a diferencia de la orientación más ambiciosa y orientada a atraer nuevos fondos que tenía Sam Altman. Es una perspectiva bastante plausible que coincide con lo que ha ocurrido posteriormente: las presiones de los inversores en la empresa para que Altman regrese, suponiendo que su salida representaría un riesgo para el valor de su inversión.
El (probable) regreso de Sam Altman
Cuando fue despedido, muchos recordamos el caso de Steve Jobs, fundador de Apple, quien fue destituido y más tarde reinstalado para revitalizar la compañía. Sin embargo, era difícil prever que el regreso se diera en cuestión no de meses, sino de horas. La noche del sábado, Sam Altman publicó un mensaje en X expresando su cariño por el equipo de OpenAI (el equipo, claro está, no su junta directiva). Este mensaje se llenó de respuestas con emoticonos de corazones y similares de perfiles clave de OpenAI, lo que ha sido interpretado como una señal de que, en caso de irse y crear un nuevo proyecto, esos perfiles o muchos de ellos, lo seguirían.
Al finalizar la redacción de este artículo, Sam Altman se encontraba físicamente en la sede de OpenAI discutiendo su regreso al proyecto. Publicó esta imagen alrededor de las 10 de la noche, hora peninsular:
Por lo tanto, se presumía que finalmente la imagen pública de OpenAI podría retomar la dirección de la compañía, lo que podría resultar en la renuncia de los otros cuatro miembros de la junta que decidieron su destitución y, con alta probabilidad, mayor capacidad para llevar el proyecto a su manera. Esto podría implicar transformar a OpenAI de manera más clara en una entidad con metas comerciales ambiciosas, alejándose de su origen con base filantrópica. Sin embargo, tras analizar estos acontecimientos con más calma, las noticias recientes han desmentido este escenario y el (ya no) probable regreso de Altman.
