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Los que operamos en el ámbito digital, siempre estamos en la búsqueda de estrategias innovadoras para alcanzar resultados superiores. La implementación de la Inteligencia Artificial representa uno de los avances más significativos hasta el presente, y es en este momento cuando empezamos a apreciar lo que puede ofrecernos.
Para desarrollarlo de manera más efectiva, me propondré explicar primero sus beneficios en términos generales. A continuación, comentaré algunos casos específicos en los que la inteligencia artificial puede aportar valor en la ejecución de campañas publicitarias en redes sociales, tal como hacemos en Adtuo.
Beneficios del uso del Aprendizaje Automático
La inteligencia artificial, y en particular la rama del aprendizaje automático (denominada en inglés como Machine Learning), son en esencia algoritmos matemáticos creados por humanos, pero ejecutados por las máquinas con todo su rendimiento.
Estos algoritmos se crean con la finalidad de que la máquina realice lo que haría un ser humano, intentando en gran medida replicar su funcionamiento, pero de una manera significativamente más rápida y efectiva. La máquina tiene como objetivo primordial llevar a cabo tareas específicas, pero el hecho de estar completamente enfocada en ellas incrementa de manera exponencial las posibilidades de alcanzar el éxito con la máxima eficacia. Estas máquinas no son más que computadoras, con sus procesadores y discos duros, que aunque están inspiradas en nuestros cerebros, ofrecen 3 grandes beneficios.
Capacidad de Almacenamiento
La primera ventaja es la capacidad de almacenamiento. En la actualidad se puede acumular tanta información como se requiera, a diferencia del cerebro humano que, incluso si lográramos aprovechar todo su potencial, posee una capacidad finita. Según las estimaciones de la ley de Moore en el caso de las computadoras ocurre lo opuesto, ya que pueden almacenar casi una cantidad ilimitada de datos en la nube. Solo es necesario ajustar dicha capacidad según se necesite, lo que supone un gran aliado al momento de realizar tareas que requieren manejar enormes volúmenes de información.
En la actualidad, gracias al Big Data (que no es más que la fusión de nuevas bases de datos, como las no relacionales o de grafos, con las tradicionales, utilizando avanzadas tecnologías de almacenamiento y gestión de grandes cantidades de información) podemos almacenar enormes volúmenes de datos complejos, llevando a cabo dichas operaciones e instrucciones con total normalidad.
Procesamiento de Datos
La segunda distinción es su elevada capacidad para procesar información, gracias al desarrollo constante de microprocesadores mejorados con un mayor número de núcleos. Esto resulta en más ciclos de procesamiento por milisegundo. De acuerdo con las proyecciones de la ley de Moore, cada año, o cada año y medio, se logra duplicar dicha capacidad. Con los microprocesadores actuales podría parecer que hemos llegado a un límite, pero
“`veremos cómo se sigue avanzando en los procesadores cuánticos, que representan el próximo nivel en este ámbito. Por lo tanto, podemos concluir que aún nos queda un extenso camino por recorrer.
Algoritmos
La tercera y última diferencia radica en la algoritmia basada en matemáticas que, aunque no es un concepto novedoso, proviene de la estadística de los años 50 y de los desarrollos del pionero Alan Turing. En la actualidad, esa algoritmia se puede implementar con la tecnología previamente mencionada, liberando espacio y acortando el tiempo, gracias a su acelerada capacidad de procesamiento. Esto nos proporciona los elementos necesarios para alcanzar todo lo que se pueda imaginar.
Inteligencia Artificial y publicidad
En el ámbito publicitario, las aplicaciones potenciales de la inteligencia artificial son numerosas, aunque la más clara es optimizar los resultados. Es decir, incrementar la cantidad de resultados obtenidos con el mismo presupuesto o disminuir el costo para lograrlos.
Para ello, es fundamental comprender qué estrategias funcionan mejor, y cuáles son menos efectivas. Esto se puede aplicar tanto para distinguir canales, como para identificar cuál de ellos aporta más valor a los resultados esperados. Lo que se conoce como atribución convencional de presupuestos de marketing, pero en un entorno específico como la publicidad en redes sociales.
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Un ejemplo sería identificar qué anuncio tiene mejor desempeño en las principales plataformas sociales actuales, como Facebook e Instagram, así como qué ubicaciones pueden ser más efectivas al realizar publicidad, cuestionándonos si obtenemos más resultados en el feed de noticias, en la barra lateral de Facebook, o en las Stories.
Otro de los aspectos a examinar es qué dispositivos (ordenador, móvil o tablet) pueden desempeñarse mejor, dependiendo del tipo de anuncio que hayamos elegido: publicación tradicional, carrusel, vídeo o colección, entre otros.
Como muchos ya sabréis, la capacidad de segmentar audiencias es una de las claves esenciales de la publicidad en redes sociales. Por ello, es especialmente relevante considerar en la optimización, las variables sociodemográficas, como género, edad, ubicación, nivel socioeconómico o educativo, dando especial importancia a aquellas que nos aportan información sobre los intereses y preferencias de nuestros futuros clientes potenciales.
Por último, están las creatividades, es decir, los anuncios, que son el elemento primordial para generar un impacto. Si la imagen o los textos que los acompañan no son suficientemente atractivos como para fomentar la interacción, toda la segmentación previamente realizada no tendrá gran utilidad. Y siempre hay que considerar que el rendimiento de un mismo anuncio será completamente diferente dependiendo de a quién y dónde se muestre, en función de la ubicación, dispositivo, formato, etc.
En este punto, no podemos olvidar los objetivos de las campañas. No es lo mismo analizar la información para objetivos como: difusión de la publicación, atraer tráfico al sitio web, generar leads o conversiones (cuya realización transcurre fuera de Facebook), que evaluar la cantidad de ventas logradas en una tienda en línea o el número…
de descargas conseguidas de una aplicación. Para alcanzar dichos propósitos, será necesario tener configurado el píxel de Facebook, acompañado de una serie de eventos estándar de conversión predeterminados, para poder registrar cada acción realizada en nuestra página web.
Es evidente que no podemos descuidar el análisis de cada uno de los indicadores de medición como costo por clic, impresiones, CTR, alcance, interacciones, etc., de cada uno de los canales con los que colaboramos. Los elementos a considerar son innumerables, y sus combinaciones casi infinitas.
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Conectando inteligencia humana… y artificial
Lo más destacado de todo esto es que, incluso si logramos analizar estos elementos de manera individual, y revisar manualmente uno por uno para identificar posibles fallos o aciertos, la verdad es que, por muy especializados que seamos, todos contamos con nuestra área de pericia, sobre la cual poseemos mucho más conocimiento que respecto a otros campos y nuestro comprensible sesgo profesional basado en nuestra trayectoria.
En este contexto, el ser humano siempre tendrá la capacidad de identificar áreas a mejorar, basándose en la experiencia. Sin embargo, si esta experiencia se acentúa en un ámbito más que en otro, solo podrá optimizar algunos elementos. Además, es fundamental considerar las propias limitaciones que se convierten en debilidades frente a la máquina, como el horario de trabajo con un máximo de horas asignadas, la atención a diversas campañas de clientes y la velocidad habitual de trabajo entre los humanos.
Por el contrario, cuando una máquina cuenta, a través de algoritmos programados, con todos estos parámetros predefinidos, es capaz de aprender y combinarlos, realizando una optimización constante y simultánea. También tiene la capacidad de llegar rápidamente a conclusiones, a las que probablemente ni siquiera podrían aproximarse aquellos que la han diseñado. Es imposible, de forma manual, alcanzar una comprensión total y en tiempo real de todos los datos involucrados, y de todas las relaciones entre los elementos interconectados.
Para finalizar, es relevante resaltar que la inteligencia artificial tiene la capacidad de percibir cuando un elemento del conjunto no opera correctamente y que gracias a su implementación, se pueden identificar comportamientos, señales y patrones de búsqueda, que faciliten tener campañas con altas probabilidades de éxito.
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Al aprender de manera continua de sus resultados obtenidos, puede orientarnos en la formulación de una nueva estrategia de marketing, en la que necesitemos identificar qué productos o servicios son más efectivos según la temporada en la que nos encontremos, hacia dónde deberían dirigirse nuestros esfuerzos y qué tipo de contenido podría cautivar más a nuestros clientes.
Lo positivo de todo esto es que, una vez que las máquinas realizan el ‘trabajo arduo’, o al menos el más repetitivo y con menor valor, nos brinda a nosotros como profesionales del marketing la posibilidad de concentrar nuestra inteligencia humana y esfuerzos en aquellos aspectos donde nuestra dedicación pueda agregar más valor, como definir la estrategia más adecuada, comprender mejor a nuestros usuarios y generar las mejores ideas que contribuyan realmente al negocio.
En resumen, los mejores resultados dependen de el equilibrio entre las posibilidades y ventajas de la Inteligencia Artificial y la experiencia y valor añadido que puede aportar la capacidad humana.
Imagen: Depositphotos
